Rehabilitaciones energéticas

No solo un ahorro de energía, si no también la mejora del confort en tu hogar

La rehabilitación energética en los hogares hoy se convirtió en una prioridad, ya que no solo permite ahorrar energía, si no que contribuye a la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y mejora la eficiencia y el confort de nuestros hogares.

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Un primer paso en la rehabilitación energética es realizar un diagnóstico energético del hogar. Esto implica evaluar el estado actual de las instalaciones, el nivel de aislamiento térmico, la eficiencia de los sistemas de calefacción y refrigeración, así como el consumo de energía eléctrica.

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A partir de este diagnóstico se puede poner en marcha una serie de medidas. Una de las más comunes es mejorar el aislamiento térmico de la vivienda. Un buen aislamiento reduce las pérdidas de calor en invierno y la entrada de calor en verano, lo que se traduce en un menor uso de los sistemas de climatización y, por lo tanto, un importante ahorro energético.

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La instalación de placas solares fotovoltaicas o sistemas de aprovechamiento de la energía geotérmica son opciones cada vez más accesibles y rendibles, que permiten generar energía limpia y reducir la factura energética.

Una vivienda bien aislada es más cómoda, ya que se reduce la entrada de corrientes de aire y se mantiene una temperatura más estable.

La rehabilitación energética es una práctica cada vez más relevante para conseguir una mayor eficiencia energética, reducir el impacto ambiental y mejorar el confort en los hogares. Mediante la implantación de medidas como el aislamiento térmico, la adopción de tecnologías más eficientes y el uso de fuentes de energías renovables, podemos conseguir una vivienda más sostenible y rendible económicamente a largo plazo.